lunes, 22 de agosto de 2011

Somos Seres Espirituales que habitamos en un Cuerpo Fisico



   





Somos seres espirituales creados por Dios, hechos a su imagen y semejanza, llevamos su esencia dentro de nosotros, como también la energía del Universo y la Fuerza Superior.
El cuerpo es utilizado por el Espíritu para poder experimentar en el plano físico permitiéndole aprender y evolucionar al realizar su propósito de vida. Cada Espíritu es único e individual, poseedor de un código genético espiritual junto a su código genético biológico, lo que permite asegurar que no hay dos personas en la tierra con éstos dos ADN juntos, y aún así, todos estamos conectados.
El Alma aquí en la tierra, es una parte de nuestro Espíritu que permanece en el Universo y es nuestra Energía Creativa en el Universo.

 
Somos nosotros (Alma), los que rediseñamos nuestras vidas y elegimos nuestras lecciones, y solo cuando nos “responsabilizamos de nuestro plan de vida escogido” aceptando que todo lo que nos ocurre son nuestras propias decisiones, es cuando podemos hacer cambios profundos en la consciencia del alma; en cambio, si  mantenemos la responsabilidad de lo que nos sucede en Dios,  políticos,  parejas, padres, hermanos, hijos, vecinos, amigos, culpándoles de nuestras enfermedades, accidentes, desgracias y toda clase de eventos traumáticos que el Alma ha escogido para su aprendizaje, entonces nos estancamos, y las lecciones no se aprenden y eso retrasa su crecimiento espiritual.
El  Alma durante la permanencia en éste plano físico orientada a la supervivencia, ha modificando la supremacía de su perfección y se  aleja de su Ser Interior Perfecto, enfocándose en exceso en lo externo, en lo material para dominarlo,  perdiendo el equilibrio entre la “consciencia espiritual y la consciencia material”.
Nuestro Cuerpo y Espíritu viven en conflicto, porque no le permitimos abrirnos a la INTUICION o sea escuchar el cuerpo que es “aprender a confiar en nosotros mismos” y cuando esta conexión está bloqueada, perdemos el contacto con Espíritu, olvidándonos del propósito que traíamos.
El Espíritu  no deja de buscar su expresión y el Cuerpo no deja de buscar la manifestación plena de su estado físico, entonces siente con insatisfacción, desbalance y siempre andará en la búsqueda de obtener los atributos materiales como: dinero, éxito, poder, reconocimiento, todo lo que cree le dará la felicidad, incluyendo alcohol, drogas, lujuria, pero ignora que la causa de ese desasosiego es por la ausencia de la Conexión Espiritual, cada vez habrá mayor debilitamiento, matizado con la desesperanza física y psicológica, hasta que algo estimule para abrir la “intuición interior”, es decir, abrirse al lenguaje de Dios con nosotros y así nos vuelve a la Conexión con Espíritu, convirtiéndonos en canal de nuestro Espíritu Superior.
El bloqueo de nuestra Conexión Interna se manifiesta en “carencias”, en falta de lo que queremos en la vida como: dinero, salud, trabajo, relaciones interpersonales armónicas, porque hemos perdido la “confianza en si mismo” y a seguir el “impulso de la intuición o voz de Yo Superior” para que nos alineemos con la Fuerza Creativa de Espíritu, que nos proporciona todo lo que necesitamos, sea cualquier nivel, incluso el económico.

También la salud se afecta, comenzando dolores y apareciendo las enfermedades, y estas lecciones del Alma reflejadas en el cuerpo, las realiza porque estamos desconectados a la energía de la Fuente y no apoyamos lo que sentimos.

Tampoco somos conscientes que controlamos las relaciones con nosotros mismos, que están matizadas de culpa. Debemos afianzar el poder que tenemos para cambiar modelos de conductas, trabajando desde nuestro Ser Interior para relacionarnos amorosamente con nosotros mismos, y también las relaciones con otras personas como una “fuerza” que impulsa y conecta todos los sucesos, porque todas las personas a nivel mental estamos entrelazados y de igual manera conectados con Dios.
Todo lo que sucede en nuestra vida, es un reflejo de nosotros mismos, porque nosotros creamos nuestra propia realidad y hacemos que el mundo externo sea el espejo que refleja lo que creemos de nosotros y de los demás. Por eso, si vemos fuera algo que no nos gusta, es porque lo hemos creado y proyectado, pero no debemos culparnos, sino tratarnos con amor y compasión, agradeciéndole su expresión para trabajarlo, porque Espíritu no nos lo muestra para atacarnos a nosotros mismos, sino para transmutarlo, porque es la razón por la que hemos venido.

No estamos solo y nunca hemos sido abandonados por Dios, y solo al recuperar esa Conexión con Espíritu, experimentaremos su presencia, su guía y ayuda.

Cuando el Alma ha alcanzado el balance y equilibrio de las energías que requieren experimentación, ha completado las frecuencias vibratorias para moverse a una dimensión de Luz, de Amor y de Consciencia Total, que es su Ascensión Individual.

ASCENDER también es empezar a pensar que SOMOS SERES ESPIRITUALES QUE ESTAMOS TENIENDO UNA EXPERIENCIA HUMANA y no como algunos creen, que somos humanos viviendo una experiencia espiritual.

ASCENDER es tener una  “actitud de vida con consciencia desde el amor”, es decir, haciendo lo que nos dicta el corazón. NO HAY LUCHA DENTRO DE NOSOTROS POR NADA, SINO UNA COMPLETA ACEPTACION DE LA REALIDAD.
Cuando Despertamos la Consciencia, podemos cambiar nuestro mundo interior y el  exterior.
Necesitamos una red de difusión a nivel mundial para lograr ese “despertar de consciencia  de la humanidad”.  Mientras más posterguemos el entendimiento y la aceptación de esta materia, más lejos están las soluciones a los problemas que en la actualidad vivimos. Muchos desórdenes en nuestra conducta ocurren, porque tenemos ignorancia en estos temas que nos explican QUIENES SOMOS Y QUE HACEMOS AQUÍ.

Formemos parte de esta “revolución de despertar consciencias”, porque el amor es lo que une al Universo y toda nuestra acción, nuestro planeta nos lo agradecerá.
 

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